Entre el 30 de noviembre y el 3 de diciembre, en el Pabellón de Convenciones de la Casa de Campo tuvo lugar el IX Salón Internacional del Cómic de Madrid.
Como mi hijo tenía ganas de ir, lo acompañamos. Pensé que quizás encontraría algo que mereciera la pena fotografiar, para seguir probando la cámara.
¿Qué me pareció? Pues les contaré.
En una galaxia muy, pero que muy lejana, había un planetoide con un recinto dentro del cual, una vez al año, durante unos pocos días, todo lo que alguien quisiera imaginar podía llegar a ser creado.
Ante tal reclamo, especies de todos los mundos imaginables se daban cita allí, para intercambiar sus ideas y opiniones, así como transmitr secretas técnicas de visualización y mentalismo con las que lograr creaciones bizarras y tenebrosas.
Mirando la multitud era fácil encontrar individuos bastante peculiares que, evidentemente, lo que menos querían era pasar desapercibidos.
Pude encontrar algunas de esas gregarias y peculiares especies góticas, integradas por dos machos y una hembra.
Quizás puedan parecer algo intimidantes, pero resultan ser de lo más gentiles.
Incluso había peligrosas, aunque bellas, mutaciones ultravioleta. Hay que estar ojo con ellas, pues no se sabe en que podrían convertirse
Traté de mantenerme algo alejado de las hechiceras de una lejana nebulosa, que parecían estar buscando cosas para sus potingues.
Y también de algunas otras de… ustedes me dirán de donde. Con ellas nunca se sabe lo que podría ocurrir si se toman un trago de más.
No podían faltar grupos de corredoras intergalácticas pertenecientes a una exclusiva escuela de hechicería, que viajan sobre escoba mágica. Por lo menos han encontrado la forma de no pagar compustible.
Y cosa poco usual, pero también encontré una ronín solitaria en busca de señor.
Pero lo que más abundaban eran guerreros y guerreras, de grandes habilidades físicas y asombrosas destrezas con las más extravagantes armas, algunas en forma de bolsa roja. Son un tanto levantiscos, siempre dispuestos a medir sus fuerzas ante la menor provocación.
En esta reunión, cada quien jugaba sus cartas de la mejor manera para acumular puntos. Con decirles que hasta fue posible encontrar la carta mágica del mismísimo Guerrero Bellotero.
Sin embargo, a pesar de tantos individuos armados, en el recinto se mantenía la calma, en parte gracias a la eficiente logística de la Legión 501 del Imperio.
Mantenían apenas algo más de media docena de soldados atentos, pero era suficiente.
Aunque fue evidente que, además de cuidar, debían estar buscando a alguien, porque la salida de emergencia estaba custodiada nada menos que por el temible mercenario intergaláctico Boba Fett.
Posiblemente andaban detrás de este par de rebeldes que hacían de las suyas, creando confusión.
Dos soldados del Imperio llegaron a detener a un individuo que andaba en un vehículo no autorizado, pero luego lo soltaron, pues nada tenía que ver con la rebelión de los caballeros Jedi.
Con lo difícil que es conseguirse en el universo con algún superviviente del planeta Veyita destruido por el despiadado Freezer. Así que yo casi no me lo podía creer cuando me topé, no con uno, sino con dos de los poquísimos ultra poderosos guerreros saiya-jin existentes. Era Gohan, el hijo de legendario Goku, bajo la identidad secreta de Sayaman para no ser reconocido, y con un clon, además.
Uno de ellos, con todo y capita roja, accedió a posar para la foto, pero solamente después de que se enteró que yo era el Kayosama del lejanísimo Sur Oeste.
Era muy evidente que los apasionados de los tebeos o cómics disfrutaban la exposición, ojeando, palpando y admirando cada publicación de sus héroes favoritos. Hubo para todos los gustos. Pero no solamente las editoriales estaban presentes. Cualquier columna era buena para colgar un cartelito personal anunciando algún cómic, fruto del esfuerzo individual, plasmado en ediciones personales que nada tenían que envidiar a las comerciales. Me pareció un buen esfuerzo por darse a conocer.
Los fanáticos agradecieron la presencia de los autores consagrados, quienes firmaron volúmenes y realizaron dibujos a petición. Seguro que se convierten en verdaderos tesoros para sus admiradores. Algún día tendrán un elevadísimo valor en cualquier subasta.
No fue un espacio muy amplio, pero ciertamente que estuvo concurrido. Me imagino como deberá ser el salón del cómic en Barcelona.
Desde luego, consigues trasmitir lo bien que te lo pasas compartiendo andanzas con tu hijo.
La verdad, me lo paso bien paseando con vosotros, creo que tendré que poner un post de una tarde paseando.
Muy ameno y divertido.
Saludos cordiales.
Creatividad y entusiasmo se vive en ese evento. Te felicito por las fotos. Estuvo muy bien ilustrado.
Un abracito y deseos por una època feliz.