Marcando tu propio camino

una joven pintandoEn una de las maravillosas novelas de Richard Bach, no recuerdo si fue en «Alas para vivir», «Ajeno a la tierra» o cuál, pero no importa, él contaba sobre una competencia que estaba haciendo de vuelo en planeador. Cuando él ya estaba muy bajo, sin encontrar una corriente ascendente con la que ganar altura, vio en la distancia otro planeador que daba vueltas en círculos, ganando altura con rapidez. Richard se dirigió de inmediato hacia allá. Él tomó conciencia de algo importante. Era que aquel piloto no estaba girando en aquella térmica para mostrarle el camino a él, sino que aquel piloto estaba siguiendo el camino que él había encontrado para sí mismo.

Muchos van por la vida pretendiendo mostrarles caminos a los demás, cuando lo único que uno tiene que hacer es seguir aquel camino que para sí mismo considera más adecuado, de acuerdo con el momento que está viviendo, sus propios conocimientos, experiencias y estado evolutivo. Son los demás quienes, por propia decisión, si observan que ese camino es adecuado y también les conviene, decidirán seguirlo en todo o en parte.

Una enseñanza similar la encontramos en otro de los excelentes libros que yo jamás me cansaré de recomendar «Siddhartha», de Hermann Hesse.

La foto que utilizo para ilustrar este post la tomé en el parque de El Buen Retiro, en Madrid, en mayo del 2010, un día cualquiera que andaba yo cámara en mano. Me encanta sorprender a fotógrafos en plena labor, así como a la gente en actividades habituales. Esta joven artista, pues ella se encontraba realizando algún dibujo en su cuaderno, estaba a lo suyo. Ella no se dio cuenta de que, a los ojos de otros, ella misma podía ser motivo de arte. Así que ella se convirtió en arte y parte de mis fotografías.

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