Trabajos indignos

hombre con cartel de anuncio¿Hay algún trabajo que atente contra la dignidad de las personas que lo realizan?  Y cuando digo «trabajo» me refiero a una actividad  laboral, legal y remunerada.

Los deshollinadores que descendía por la chimeneas para limpiarlas, los curtidores de pieles, los mineros que se arrastran por estrechos túneles picando carbón, los peones que limpian letrinas o estiércol en las cochineras o potreros, limpiar alcantarillas o vaciar pozos sépticos ¿son trabajos que atenten contra la dignidad de las personas que lo realizan?

Pero para el Alcalde de Madrid y sus asesores, la labor de los «hombres-anuncio» si que lo es, porque,  en sus palabras:

«tienen que soportar esos carteles en la espalda y en el pecho todo el día transitando por las calles de Madrid»


Esos carteles, que se ven casi con exclusividad, en las céntricas calles cercanas a la Plaza del Sol, suelen anunciar la compra venta y empeño de oro, aunque también anuncian restaurantes y otras cosas. Son simples anuncios ambulantes.

hombre cartelPuedo entender que el ancho de algunos carteles pudiera, quizás, constituir un estorbo para los transeúntes en calles concurridas, pero la solución la han encontrado ellos mismos, que han dicho: «[Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]«.  Como en efecto ya lo han hecho. Si por estorbo era, ahora ya no lo son. ¿Y en qué se diferencian esos chalecos de vialidad, sobre los que se han escrito anuncios, de los chalecos que llevan, por ejemplo, los trabajadores de parques y jardines y muchos otros obreros  del gobierno y la propia Alcaldía? Pues físicamente en nada, tan sólo en el texto escrito.

Pero vuelvo a preguntar: ¿llevar publicidad escrita sobre «pecho y espalda» es una actividad que atenta contra la dignidad de las personas?  Si la respuesta es afirmativa, supongo que, por simple extensión, habrá que prohibir a futbolistas, ciclistas y demás deportistas profesionales llevar publicidad en sus uniformes. ¿O lo de ellos si que es digno porque cobran millones?

Y supongo que, en este paso por la guillotina de los trabajos «indignos», seguirán todas las personas que se embuten dentro de un grotesco disfraz de Ratón Miky, de Pluto, de teletubi o de cualquier otro muñeco, para vender globos y golosinas a los niños. A peor, estos tienen el agravante del anonimato, pues no se sabe quien va adentro.

Pienso que todo trabajo -legal- es dignificante. Lo que si puede atentar contra la dignidad de las personas son las condiciones en que ese trabajo se realiza, la paga percibida y el esclavismo. Pero ese no es el caso de los hombres-anuncios de Madrid.

¿Realmente que Alberto Ruiz Gallardón, Alcalde de Madrid, piensa que esa actividad publicitaria no es digna, o hay algún otro motivo detrás de todo este asunto?

El alcalde de Madrid prohibe los hombres anuncio.

Actualización 18-12-2008:
Gallardón no prohibirá finalmente los hombres-anuncio en las calles de Madrid

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2 respuestas a Trabajos indignos

  1. Ricard Pardo dijo:

    Me jugaría el pescuezo a que hay algún interés detrás de la prohibición.
    Pero es que aunque no la hubiera, ¿no tienen nada más importante de que preocuparse los señores de la poltrona?

  2. Luis Amezaga dijo:

    Plan de rescate también para los anuncios andantes. Por cierto, alquilo partes de mi cuerpo para promocionar el Madrid Olímpico.

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