Zaragoza y su polémico tranvía; bicicletas y patines

Afiches publicitarios en la Plaza de España, ZaragozaHe estado en Zaragoza desde el 13 al 15 de este mes. Más que nada fue una visita familiar, para ver a tíos y primos. Esta vez, sin embargo, logré entrar al hermoso Palacio de la Aljafería, que en oportunidades anteriores he encontrado cerrado. ¡Una belleza! Las fotografías que se ven en un lado y otro no le hacen verdadera justicia. No es lo mismo ver una foto que estar inmerso en el juego de los volúmenes y las formas. Yo estaba interesado en la parte islámica más que en la cristiana de su arquitectura. Me sirvió para captar los detalles que yo estaba necesitando, ya que datan del siglo XI, precisamente.

Una de las sorpresas agradables que me encontré en Zaragoza fue su confortable y moderno tranvía. Una belleza en todos los sentidos. Es muy rápido en su recorrido, ya que tiene paso libre porque los semáforos se encuentran sincronizados para ponerse en verde a su paso. Yo convengo en que los tranvías actuales son altamente funcionales y no contaminan. Pero este…

En un principio escuché las explicaciones de mis tíos, que resumían las quejas de los zaragozanos. Luego lo comprobé en un recorrido que me hice en el tranvía con mi bella tía. Sí, la de la foto. ¿A que es una belleza a sus N años? Pues si la conocieran como persona… Y sus roscones de 15cm de altura son famosos mundialmente. Eso sí, nadie los logra igualar, por más que ella ha dado su receta a diestra y siniestra. Es el arte que se pone.

Imagen del autor y de su tía en ZaragozaLa ciudad está patas arriba con las obras del tranvía, pero ya hay unos cuántos kilómetros en servicio. Me lo recorrí de punta a punta, hasta su extremo en Valle Espartana, y pude comprobar, de primera mano, la verdad de las quejas de la gente: las paradas están sumamente distanciadas unas de otras. Y en algunas partes yo no lo encuentro justificable desde ningún punto de vista, sobre todo porque el costo de la infraestructura de las paradas es mínimo, y tratándose de un tranvía que tiene vía franca y las detenciones en las paradas son de apenas un minuto, si acaso.

La respuesta del señor alcalde ha sido, según me dicen, que él quiere que la gente camine y haga ejercicio, en pro de la salud. Pero él llegó en su coche oficial a la inauguración. Se ve que él no usa el tranvía ni tiene necesidad de ejercicio físico.

En la inmensa urbanización de Valle Espartana, sobre todo, son muchas las calles que la gente tiene que caminar para poder llegar hasta las contadísimas paradas del tranvía. Y para colmo la escuela pública la pusieron en un extremo de la urbanización, al principio.

Por si eso fuera poco, una ciudad que contaba con tantas líneas de autobuses como lo era Zaragoza, que no quedaba un solo rincón a donde no te llevaran, ahora con el tranvía han eliminado muchísimas líneas, hasta para lugares que no son cubiertos por el tranvía. Así que a caminar se ha dicho.

¡Y es un caos total! Te montas hoy en la misma línea de autobús que ayer y no sabes por dónde irá ni dónde terminara, llevándote cada chasco que, no te queda más remedio, te acuerdas de todo el árbol genealógico del alcalde, y no para felicitarlo. Los mismos conductores lo dicen cuando les preguntas por dónde va a pasar el bus: “La ruta de hoy es… Mañana no sabemos”. ¡Luego se quejan de que los turistas han disminuido! Algo bueno es que con la estación de RENFE de Goya, me queda a tres calles de la casa de mis tíos.

Como muestra de buena voluntad del señor alcalde, en su interés “real”, no vayan a pensar, en que los ciudadanos hagan ejercicio útil, hay dispuestos por la ciudad múltiples puntos de alquiler de bicicletas. En la foto de portada se ven unas en el módulo de información turística en la Plaza de España. Puedes tomar una en un sitio y dejarla en otro. El hecho de que tan pingüe negocio, como parece que va resultando, sea de la señora esposa del alcalde, según me han dicho, no tiene nada que ver. Así que no penséis mal.

El lema del alcalde es que Zaragoza es una ciudad para el futuro. Yo me pregunto qué futuro será ese al que él se refiere. Porque el futuro para el planeta, como van las cosas, parece ir de la mano de la deforestación total. Para construir el tranvía no se tuvo empacho en pasar sobre ruinas románicas, que antes habían preservado (total son viejas), ni en dañar las raíces de árboles centenarios, ni desforestar todos los hermosos jardines y plazas por donde las vías pasaron, antes llenos de flores que daba gusto y orgullo ciudadano.
Unos yerbajos como jardines en ZaragozaEsta imagen es de lo que ahora el alcalde llama “jardines” en el Paseo de la Independencia.  Gravilla con unos cuantos yerbajos. Al menos pudieron haber puesto jardines xerófilos, si no querían regarlos.
tranvía de Zaragoza atravesando un paseo peatonal con yerbajos como jardines

Todo lo verde, con poquísimas excepciones, ha quedado cubierto de cemento. Será que estaba en oferta el metro cúbico, o que el cemento no requiere mantenimiento y se ahorra muchos trabajadores de jardines y ornato público. Claro, en el futuro, un par de generaciones por medio, nadie se acordará de la belleza de las flores ni de lo que fueron sus plazas y paseos. ¿Será ese el futuro a que se refiere el alcalde de Zaragoza?

Un punto y aparte son los bancos públicos individuales y triples que han colocado por los paseos. Yo no sé, debe de ser cuestión de gustos. Yo no sé quien fue el diseñador, pero lo que es a mi… Bueno, les dejo la foto de muestra y juzguen ustedes.

Un banco público en un paseo de ZaragozaPor si fuera poco esa deforestación, en bosques que eran intocables, como el llamado Bosque de Venecia, se ha instalado un IKEA y han dado permiso para urbanizar unas cuantas franjas, según me dicen. Supongo que todo es por la necesidad de ingresos para la alcaldía, en épocas de crisis como la actual.

Pero no todo es malo. He comprobado que, si bien Zaragoza es una ciudad muy agradable para caminarla, lo es mucho más para recorrerla en bicicleta y perfecta para hacerlo en patines. ¡Tiene unos paseos con un piso adorable para deslizarse sobre él! Al igual que las aceras aledañas.

Por poner una sola ruta urbana, como ejemplo, en el eje Sur-Norte, desde el extremo inferior del Paseo de Isabel La Católica siguiendo con su esposo Fernando, continuando por Gran Vía, la Plaza Aragón y el Paseo de la Independencia, puedes visitar la zona del Coso y llegar hasta la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, así como gran cantidad de edificios y sitios históricos. Tu bicicleta o las ruedas de tus patines disfrutarán de un embaldosado tan suave como el que tenemos en Madrid en la Plaza de la Puerta del Sol. Es un recorrido peatonal muy seguro… si miras para el tranvía, porque en algunos tramos  corta los paseos. Y ya no te digo de ir por el Parque Grande, el entorno del río Ebro y de lo que fueran las instalaciones de la Expo.

Paseo de La Independencia, ZaragozaEn muchas aceras suele tener integrado el carril bici. En los sitios donde las aceras no suelen ser muy buenas suele haber un carril bici en la calzada, bien pegado a la acera y separado del tráfico por unas protuberancias… disuasivas (digámosles así, porque no son defensivas), como muestro en la foto. Aunque, por referencias, no ha faltado el taxi que se las ha saltado, como no podía ser de otra manera.

carril bici en la calzada, Zaragoza

A los zaragozanos les gustan los extremos. ¿Calor? ¡Pues sobre cuarenta grados! ¿Frío? ¡Pues bajo cero! Con el gélido aire del Moncayo en el cogote, hala. Cualquier otra cosa es una nimiedad. Así que, por referencia de mis tíos y primos, las mejores épocas para visitarlas son mediado el otoño y en primavera. Yo hoy me estoy yendo para Asturias, a ver a mis padres y demás familiares, disfrutar un poco del clima fresco y patinarme  algunas sendas verdes, Oviedo y Gijón. Espero para fines de octubre volver a darme un viaje a Zaragoza con más tiempo, para patinármela toda.

Palacio de la Aljafería, Cortes de Aragón

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