La Feria del Libro, sus clavos y agujeros en el Retiro

siete clavos

Todos los años se celebra la Feria del Libro de Madrid en el Parque del Retiro. Las casetas de las distintas editoriales suelen ocupar toda la llamada Calle del Duque Fernán Núñez, desde la entrada al parque por la Puerta de Madrid, por la calle de O’donell, hasta el Paseo del Uruguay. En otras palabras, toda la calle conocida como el Paseo de Coches que, casualmente, es utilizada todo el año por cualquier cantidad de ciclistas y de patinadores, con preferencia del tramo situado entre el Paseo de Venezuela y el Paseo del Uruguay. Ahí dan clases de patinaje las distintas escuelas, practican los que van por libre y, en suma, hacen un sano ejercicio centenares de patinadores de todas las edades.

La foto de portada muestra siete clavos de 4 cm por 1,5 mm, para uso típico de carpintería. Todos tienen la punta cortada, a fin de que el clavo entre cizallando la fibra y no haya riesgo de que se raje la manera, como podría ocurrir en muchas tablas.

Pues bien, durante treinta y cuatro días yo he estado recogiendo del suelo, en el área de patinaje, entre siete y doce clavitos de estos, según mi humor de ese día. Y solamente en la sección final de la calle, donde yo suelo patinar. Cada día aparecen nuevos, porque los cepillos de las máquinas barredores no los agarran, y lo que hacen es moverlos de acá para allá, excepto los que quedan en las múltiples grietas del asfalto. Así que estimo que ya habré recogido unos 300 de esos clavitos. En dos ocasiones se metió uno en una de las ruedas de mis patines lineales. En ambas ocasiones me fue preciso sacarlos con un alicate.


Por las prácticas de los ejercicios de patinaje son frecuentes las caídas, sobre todos en los inicios, sobre manera los niños. ¿Qué pasaría si uno de esos clavos, capaces de entrar en una dura rueda, se clavara en una mano o una pierna?

¿De dónde han salido? Del montaje y desmontaje de las casetas de la Feria del Libro de Madrid. Eso es lo que me dicen todos los que he consultado.

Si cualquiera fuera por la calzada en coche, arrojando por la parte de atrás clavos o tachuelones, al mejor estilo de El Avispón Verde, se metería en un buen lío con la policía; más o menos gordo, dependiendo si los arrojó de forma intencional o cayeron por negligencia. Pero que los encargados de las instalaciones de las casetas de la Feria del Libro dejen centenares de clavos está muy bien, no pasa nada. Todo sea por la cultura y por la economía.

Pues muy poca cultura tienen esos instaladores, y muy poca conciencia, en mi opinión, los organizadores de la feria, los supervisores y las propias autoridades administrativas de el Retiro, al no ocuparse de estas cosas, que son un peligro público.

agujeros en el asfaltoAgujeros y tubos en el asfaltoEstas otras dos imágenes son de los agujeros creados a taladro en el asfalto, en los que, a la hora de desmontar las casetas y demás tenderetes, dejan algunos trozos de tubo dentro. Por supuesto,  con el tránsito de vehículos y demás, estos agujeros van aumentando de tamaño. En realidad, todo el piso de esa parte del Paseo de Coches está como el mejor papel de lija, y lleno de grietas y agujeros.

Los patinadores de Madrid, que hacemos uso del Retiro para nuestro sano esparcimiento, que para eso está, agradeceríamos una capita de asfalto con un mejor acabado. Pero supongo que es mucho pedir a los entes responsables, si ni siquiera pueden evitar que gente inescrupulosa haga cada año más agujeros y llene todo de clavos.

Espero que ahora, con esto, no les sea más cómodo prohibir patinar que ocuparse de los agujeros y de los clavos. Porque yo, a estas alturas, me creo cualquier cosa.

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