Amor en Tanger

Portada de la novela Amor en TangerYa hace algunos días que está publicada y disponible mi última novela titulada Amor en Tánger. Esta vez sí que no pude encontrar un título más críptico y descriptivo. Terminó ganándole al otro que tenía en mente como posible: La perla de Tánger, cuyo motivo se desprende del contenido. Pero preferí el otro porque ya indica, de entrada, que se trata de una novela romántica.

Además, esta es la primera novela que publico que no he tenido serias dificultades en clasificarla en un tipo literario. Esta fue fácil: Ficción>Romance>Actual. Ficción porque no es un hecho real. Y el resto porque es un romance en la época actual, que transcurre en Tánger, principalmente, y parte en Madrid.

Al final tuve que pelear bastante porque no quería publicar dos tomos, que era lo que, por extensión, me estaba saliendo. De modo que, después de cortar, rasgar, suprimir, sintetizar y demás, con algunas otras cosillas técnicas que el InDesign me permite, terminó en las 828 páginas máximas posibles, que es el límite que Create Space me impone para las impresiones en papel blanco.

Esta es la primera novela que publico, en la que me he permitido un par de capítulos llenos de erotismo. Un erotismo bien entendido, eso sí, porque de sadomasoquismo nada de nada.

Matizo lo de la primera que publico, porque no es la primera que escribo, ya que ese honor le corresponde a Amanón, el espíritu de la selva, que es la cuarta parte de la tetralogía Almas Gemelas, en la que hay bastante más erotismo que un par de capítulos ya que, como yo digo, se trata de un amor al desnudo. Lleva un año terminada, pero la dejé reposar para escribir esta otra de Amor en Tánger. Ya la estoy maquetando para publicarla próximamente y dar, de esa manera, por terminada la tetralogía.

En mi blog como escritor está la sinopsis de Amor en Tánger, y la posibilidad para descargar cinco capítulos de vista previa, en diversos formatos, así como enlaces a los lugares de ventas.

Quizás no me lo creerán. Pero hacer un nuevo viaje a Tánger, recorrerme toda la medina y parte de la ciudad tomando fotos, y luego terminar de decidirme por una de ellas para la portada, fue más difícil que escribir la novela. La decisión final no fue nada sencilla. No tenía que ser, necesariamente, una imagen que identificara perfectamente a Tánger, con algunos de sus techos más característicos, la torre de la Gran Mezquita ni nada de eso. Bastaba con que mostrara suficientemente algo de lo que acontece en la novela. Y como su trama está situada dentro de la vieja medina, pues nada mejor que una fotografía de una de sus típicas callecitas.

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