Por más que Barack Obama, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, afirme que el mundo es ahora más seguro tras la cumbre sobre seguridad nuclear recién realizada, la única verdad es que hoy no hay ni un comino más de seguridad que la que había antes de la cumbre, ni de la que habrá la semana que viene. Nunca, ningún acuerdo de intención sobre seguridad, ni siquiera compromiso internacional alguno, ni verbal ni sobre papel, ha significado, en la práctica, una verdadera seguridad real y palpable.
Por supuesto, eso es mejor que no hacer nada, y ya era hora de iniciativas como esta.
Sin embargo, yo, el escéptico empedernido en estas cosas, solo digo que ya veremos lo que sucede durante los cuatro años del lapso para que los 47 países participantes aseguren todo el material nuclear contra pérdidas, robos, vandalismos, conspiraciones, accidentes, cataclismos e idiotas. Quizás cuando finalice el tiempoestablecido hagan como con los acuerdos de las cumbres ecológicas, y pidan moratorias.
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