Un simpático y poco tímido gorrioncillo urbano aceptó mi invitación para merendar.
Se posó en el respaldo de la silla de al lado, en la terraza de la cafetería. Hasta soportó, con cierta curiosidad, que le tomara la foto, poniendo su mejor ángulo.
La precaución por delante.
No estar mucho tiempo quieto, al descubierto, es el principio de su supervivencia.
Cruzó por mi mente la idea de que, los animales silvestres, viven de la mano del Creador.
Pero un rato más tarde, unos pocos metros más allá, en el Paseo del Pintor Rosales, otra imagen me hizo pensar un poco más.
Ante este otro cuadro, con relación a los seres humanos, de muchos de ellos solamente el Creador sabrá cómo viven.
La mayoría de nosotros nos enteramos de cómo mueren, si los noticieros nos lo informan.
Dos instantaneas de supervivientes. El pájaro vive gracias a su instinto que lo mantiene a nuesto lado y con el qu apenas tenemos una relación de vista y repeto ante su discreción.
Pero el mendigo; ¿por qué molesta tanto? ¿por ser libre?¿por no pasar por el aro?¿por beber y fumar? ¿se nos parece tanto?
En estos dias niñatos, provistos de todas las comodidades y de todas las enseñanzas de pago, los matan impunemente a palos
Qué tal amigo…
Pasando a saludarte y a leer tus post…
Linda foto del gorrioncito.-
Leeré más, saludos y hasta pronto.-