Huelga de transportistas. ¿Contra quién?

camiones en el trafico

Después de haber seguido un poco las peripecias del paro de transportistas terrestres, no pude sino preguntarme contra quién iba dirigido y, sobe todo ¿cuáles eran los motivos? Yo no lograba entenderlos. Pero las consecuencias si que fueron evidentes: los perjudicados fueron, principalmente, los productores agropecuarios, precisamente el eslabón más débil de la cadena productiva.

Con el grave problema de la hambruna mundial, productores lácteos tuvieron que tirar miles de litros de leche, y muchas toneladas de frutas y hortalizas se dañaron en el campo o almacenes, por falta de transporte para los mercados. Y no es ningún secreto que el peso y el riesgo de toda producción agropecuaria recae sobre el productor (costos de veterinarios y vacunas, fumigación, recolección y afrontar enfermedades, sequías y fenómenos naturales adversos). Y en contrapartida, el productor es quien menos percibe por sus productos, que terminan llegando al consumidor con incrementos que sobrepasan el 300% en la mayoría de los casos. Hay que decir que tampoco son los costos de transporte los que inciden en esa brutal subida de precios.

Pero en esta huelga ejercida de manera irracional, debido a las descomunales trancas ocasionadas por los camioneros al cortar el tráfico por las autopistas, también se perjudicó a los trabajadores y ciudadanos en general. Escuché que un cierto número de estudiantes no pudieron asistir a las pruebas de selectividad, con lo que pierden la oportunidad de ingresar a la universidad en el próximo período académico. Solo espero que hayan sido hijos de los huelguistas.

Y también pude presenciar como, esos mismos camioneros huelguistas, pretendiendo ampararse en su derecho a manifestar, con sus piquetes de terror impusieron a otros su voluntad, impidiendo el derecho que todos tienen al libre tránsito y a la libre manifestación de sus ideas. ¿Acaso, así como los huelguistas tenían derecho a manifestar su opinión haciendo paro, no podían otros tener su opinión contraria y seguir trabajando? ¡Pero qué cómodo y mezquino resulta exigir para uno lo mismo que no se quiere conceder a otros! Estimo que sus actos tipificaron un buen número de delitos.

Las asociaciones clamaron justicia para el camionero huelguista que resultó atropellado y muerto, (suceso muy lamentable), cuando cumplía funciones en un piquete tratando de detener a los camiones que querían circular. Pero, por otro lado, piquetes incontrolados, formados por energúmenos, se ensañaban de manera infame contra los colegas que no querían huelga, con saldo de camiones apedreados, dañados e incendiados y, lo que es más lamentable, conductores lesionados.

En todas las provincias costeras también se paró la mayoría de la flota pesquera de bajura. Pero ellos no colocaron sus embarcaciones a la entrada de los puertos impidiendo la navegación del resto de los buques mercantes.

Pero, insisto, no me quedaba claro contra quien iba la protesta. ¿Era una huelga de autónomos protestando contra las tarifas impuestas por las patronales, o era una huelga de las patronales? ¿Y contra qué protestaban? Porque, leyendo la prensa y escuchando sus palabras en los noticieros, se tendía a pensar que todo fuera causa de la subida del precio del gasoil (poniendo como culpable al Gobierno, por supuesto). Y parecían dirigidas en contra del gobierno, también, por permitirlo. Por un momento hasta creí entender que la Administración les tiene las tarifas reguladas y ellos no pueden subir sus precios para compensar sus costos, los cuales, afirman, son los mismos que hace años, y vienen trabajando a pérdida. ¿Pero es cierto eso?

Que yo sepa, con excepción de las tarifas de taxis, no existe para los camioneros y transportistas en general una regulación de sus precios. Si no los tienen regulados, y el precio del combustible les sube y sube, ¿por qué ellos no incrementan proporcionalmente sus tarifas? ¿Será que, si lo hicieran, quedarían fuera de la dura competencia del transporte de carga terrestre, y por eso exigen al gobierno lo inexigible, como es asegurarles una tarifa mínima? ¿Cual es el verdadero trasfondo de esta huelga… si lo hay?

En unas declaraciones dadas a Europa Press, por parte del presidente de Asemtrasan, Jaime Díez, y que recojo del diario 20minutos.es están algunas de las claves para conocer de que va en realidad:

Ha sido la Administración y los «especuladores de los grandes cargadores» quienes «han llevado a esta situación». (…) El hecho de que la construcción haya «caído» agrava las circunstancias por las que atraviesan los transportistas que se enfrentan así, por un lado, a una subida del precio de los carburantes mientras que, por otro, ha «bajado» el trabajo.

Afortunadamente, terminé encontrando algunos análisis serios y bien documentados que me aclararon las cosas. Elijo uno escrito por Josu Mezo en «El ruido y las nueces» y que titula: «Huelga» contra la realidad. Les recomiendo su lectura si quieren enterarse de los motivos de todo este embrollo.

La forma en que se ha conducido esta huelga de transportistas en España, me afianzan en mi idea de que las leyes deben poner un límite preciso al, para muchos, «sacrosanto» derecho a la huelga, cuando la misma afecte, significativamente, el libre desempeño y disfrute de otros derechos constitucionales por parte del resto de los ciudadanos, o incluso la vida, la seguridad o la salud pública. ¿Acaso, en las sociedades, el interés de uno no se subordina al interés del colectivo?

Aunque no hay ningún paralelismo entre ambos casos, ya tenemos un precedente en el fallo del Tribunal de Justicia de Luxemburgo del 12-12-2007 en el caso «Viking» de la compañía naviera finlandesa Viking Line, en el sentido de que el derecho a la huelga tiene límites, noticia recogida en Cotizalia.com bajo el título «El Tribunal de Justicia de Luxemburgo restringe el derecho de huelga en Europa» en una sentencia histórica y polémica.

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2 respuestas a Huelga de transportistas. ¿Contra quién?

  1. Pingback: Enrique Meneses » ¡Con dos camiones!

  2. Marlu dijo:

    Lo de la semana pasada no tiene nombre, eso de poner en jaque a una sociedad moderna me altera, y me altera «la voracidad» de la gente con la nevera y el estómago lleno y con problemas de obesidad, peleando por un kilo de lentejas.
    La semana pasada estaba avergonzada e indignada, y parece que el artículo 28 de la constitución tardó en leerlo el gobierno, porque puso las fuerzas de seguridad del Estado a trabajar y garantizar el abastecimiento de la población, tras ver que ya actuaban policías autonómicos.
    Hay veces qeu me siento saturada de la realidad de este país, necesito cambiar de aires.
    Muy buen artículo guardafaro.

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