Igual que prisioneros

No busques culpables, si te atracan es porque no tomaste las precauciones que debiste.

Esta frase de Rafico, hecha en un comentario de mi anotación anterior, me hizo reflexionar por unos días. A raíz de ella me he estado fijando con más detenimiento en todas las casas y edificios que, a efectos de protección, han elevado la altura de sus muros perimetrales, o los han coronados con alambradas de púas, o con rollos de la nueva variante de estos, que aquí llaman concertinas, o bien con alambrado electrificado. Algunos, incluso, combinan la concertina con el alambrado eléctrico.

Voy por las distintas urbanizaciones de la ciudad y me parece estar viendo prisiones de alta seguridad, pero a la inversa. Las prisiones normales son para proteger a los de afuera de los sujetos que se encuentran encerrados adentro. Pero estas otras son para intentar guardar a los de adentro, protegiéndolos de aquellos que andan por afuera con intenciones de entrar. Estamos igual que prisioneros, pero en nuestras propias casas.

¿Es necesario llegar a tales excesos de protección?


¿Si en mi casa no tengo todo esos elementos de seguridad puedo llegar a pensar que, si los ladrones se metieron fue porque yo no tomé todas las medidas necesarias? ¿El culpable soy yo? ¿Debo entonces correr a colocar alarmas adicionales, puertas y ventanas blindadas? ¿Y si vuelven a entrar, la culpa sigue siendo mía por no haber hecho aún más?

En contraposición, veo en la TV o en películas las urbanizaciones típicas norteamericanas. Las casas están exentas de muros, o tan solo divididas con una pequeña cerca de estacas. ¿En qué sociedad estoy viviendo yo? Entonces recuerdo unas palabras del Ministro que se encontraba de turno al frente de Relaciones Interiores hace unos pocos años atrás, en este mismo gobierno del ex-teniente coronel Hugo Chávez. Ante las preguntas sobre la inseguridad ciudadana y el aumento de los arrebatones y asaltos callejeros a los ciudadanos, el hombre no tuvo empacho alguno en afirmar que el ir por la calle con relojes, cadenas y collares era una incitación a la delincuencia.

Resulta entonces que, en este país del nunca jamás, en donde todos los valores morales y sociales parecen haberse invertido, es una incitación el simple hecho de salir a la calle. Porque aunque no lleves ninguna prenda de oro o plata encima, seguramente que tus zapatos, el bolso, los pantalones, o cualquier cosa que lleves puesta, o simplemente el supuesto del dinero que puedas tener en la cartera, será una «incitación» para cualquier desadaptado social que considere que tiene menos que tú, o que le gusta lo que tú tienes. En suma, que para la brillante mentalidad de los funcionarios gubernamentales, no es un deber u obligación policial proteger de la delincuencia a la ciudadanía, y no es culpa del gobierno si la inseguridad se ha desbocado y los ladrones y asaltantes campean a su gusto, sino que es culpa del propio ciudadano que los incita a delinquir.

Bajo esa misma premisa, entonces no es culpa de los ladrones el haber forzado las puertas o ventanas de tu casa violando la propiedad privada, y tomado por la fuerza todo lo que quisieron. Es única y exclusivamente culpa tuya porque no la convertiste en un castillo inexpugnable.

¿Pero qué se puede esperar de un gobierno cuyo Presidente dice públicamente, en televisión, que él entiende y justifica que un padre sin recursos que tenga a su hijo enfermo salga a robar? Y que también afirma que la propiedad privada es un invento capitalista, que las cosas no son de quien las tiene sino de quienes las necesitan. Por cierto que no es una idea original de él, porque esa forma de pensar es parte de la cultura ancestral de varias etnias indígenas venezolanas. Claro que Hugo Chávez y los miembros de su gobierno aplican la máxima de lo tuyo es mío, pero lo mío es mío solo.

Si tuviera que buscar un culpable de que me hayan asaltado la casa, o en la calle, no me miraría en un espejo. Porque este nivel de inseguridad, en mi opinión, no es otra cosa que parte del plan maestro del proyecto revolucionario para intentar convertirnos al modelo cubano de pobreza y dependencia gubernamental. Tú no necesitas hacer nada, ni siquiera trabajar. Papá Gobierno cubrirá tus necesidades más básicas, siempre que te portes bien y manifiestes tu adhesión al gobernante, aplaudas sus ideas y rías sus chistes chabacanos.

¿Y del aumento exponencial de los secuestros y los robos a bancos, que ya se están produciendo, por qué extrañarnos? ¿No sucede así en los años electorales, en que gobierno y oposición necesitan fondos para financiar sus campañas políticas?

¿Tomar precauciones tendientes a la seguridad personal? Por supuesto que cada quien debe tomar precauciones, pero debieran limitarse a las consideradas «normales» en cualquier sociedad civilizada. Y no voy a caer en discusiones acerca de que lo sucedido fue la voluntad de Dios, porque no se trata de eso. A nadie en su sano juicio se le ocurriría cerrar los ojos y cruzar una avenida atestada de autos pensando que no le sucederá nada porque su ángel de la guarda lo protege, y que si se lo llevan por delante fue porque Dios lo permitió. El asunto va de seguridad y los deberes y obligaciones de los organismos públicos encargados de la protección de la ciudadanía. La reflexión que me hago en este artículo es sobre sociedad, no sobre religión. Al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.

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2 respuestas a Igual que prisioneros

  1. Curiosa dijo:

    Yo te puedo decir que cada vez que tengo que salir a la calle me da PÁNICO. Tengo que ver bien que me voy a poner (vestir) dependiendo del lugar al que voy, no de mi gusto o preferencia. Ya no compro las cosas que me gusten, sino las que no me vayan a robar. Es asfixiante-impotente-frustrante-agonizante vivir asi. Me histerizo toda y al final no puedo hacer mas que encomendarme a Dios,la Virgen y San Miguel para que no me pase nada ni a mi ni a los mios.
    En miami el cuento esta empezando a parecerse, pues tengo conocidos alla, donde ni cerraban las puertas de noche al domir y un dia llegaron del trabajo y les habian robado TODO. Entraon por el jardin. El mismo jardin que da a un campo del golf y del que yo les decia que me daba pánico y ellos se reian diciendome que eso no era caracas…
    Ya no se que me da mas rabia salir o no poder salir, para no ser atracada-robada-violada-secuestrada.humillada.

  2. Angel Campo dijo:

    Todas las cosas con las que no estén de acuerdo y quieran quejarse, haganlo en http://www.misprotestas.com

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