Lo sacro y lo pagano. Reflexiones de un incrédulo.

paso de semana santa
Estamos en la llamada Semana Mayor o Semana Santa, al menos para los católicos, donde todo se resume a las procesiones religiosas de cualquier cantidad de figuraciones de Cristo y de la Virgen.

En un pensamiento que publiqué en Facebook yo dije que era posible que yo me vaya de este mundo sin haber conocido dos cosas: el fanatismo y el odio. No lo puedo entender cuando veo por televisión imágenes llorosas de niños, jóvenes, adultos y ancianos, casi a punto de caer en la desesperación, al no poder ver la imagen en el paso de su devoción porque llovió y la cofradía no salió. No la pudieron ver salir en la procesión, porque dentro de la respectiva iglesia la pueden ver todo el año.

¿Cuántas imágenes de Cristo, de vírgenes y de santos tiene la Iglesia Católica?

Una cosa me lleva a la otra. Como el descubrimiento del nuevo mundo o las indias por Colón. Enseguida salimos corriendo, para convertir en buenos cristianos a paganos idólatras que reverenciaban multitud de ídolos.

¿Qué es un ídolo? Según DRAE «1. m. Imagen de una deidad objeto de culto». Un ídolo «es la imagen de una deidad representada por un objeto (escultura, pintura, etc.), que es adorado (le es rendido culto)». (Wikipedia).

¿Qué diferencia había entre aquellos ídolos de los indígenas paganos de las américas y todas las imágenes actuales de la Iglesia? Para mí, ninguna. Me da igual que en lugar de ídolos se les quiera llamar iconos o advocaciones. (DRAE 1. f. Tutela, protección o patrocinio de la divinidad o de los santos a la comunidad o institución que toma su nombre).

Porque aquellas imágenes llamadas paganas no eran más que eso, advocaciones de una divinidad que representaban una buena cosecha, la salud, la protección para el pueblo, para los viajeros y caminantes, etcétera. Si nos ponemos a buscar en el vasto imaginario religioso de la Iglesia actual, podemos encontrar todas esas mismas protecciones, y muchísimas más, atribuidas a una virgen o a un santo específico. ¡Puro marketing religioso!

¿De dónde creen que aprendieron los publicistas pos industriales? Pues de la organización con más experiencia en difundir, informar, desinformar, engañar y crear donde nada había: la Iglesia; todas ellas, porque no dejo ninguna tendencia ni creencia afuera.

Bien saben los empresarios que hay que diversificar el mismo producto, para llegar a más gente. ¿Por eso una misma fábrica de cremas dentales saca el mismo producto con diferentes nombres? En ocasiones sin cambios ni añadidos. Porque a unos habrá que les guste más el nombre, a otros el envase o lo que sea. Y dirán que esta es mejor que la otra. Pues así ocurre con los santos y las vírgenes, que esta es más milagrosa que aquella o concede más favores. El propósito se cumplió: que cada creyente encontrase la imagen que más le acomodaba, y dejara en la iglesia, frente a ella, su generoso óbolo. Yo puedo entender muy bien que ni el judaísmo ni el Islam quieran tener imágenes figurativas de Dios ni de nadie.

¿Politeísmo y monoteísmo? Para mí no es sino lo mismo. Pero de eso hablaré otro día, porque algunas de las ideas que estoy exponiendo son parte de un ensayo que escribí, titulado «El bien y el mal. O por qué el mal jamás desaparecerá».

niña bajo un paraguas, llorando junto a un perro muerto en la calleNo, no puedo entender, de forma directa y personal, esos sentimientos exacerbados por no poder ver una imagen salir en procesión. Pero he logrado encontrar la manera de acercarme a entenderlos. Son esos sentimientos que yo tengo cuando veo un perro, un gato, un caballo, un asno o cualquier animal maltratado, abandonado o muerto en la calle, y la gente pasar como si no es con ellos. Porque estoy cansado de que, ante mi sentida aflicción por una vida me digan: Pero si es solo un perro muerto. Yo les diré: Pero si tan solo era una imagen que puedes ver en la iglesia.

Esa hermosa niña bajo el paraguas, ese verdadero ser humano, sí que me puede entenderme. Y yo puedo entenderla muy bien a ella. Esos sentimientos y su origen sí que yo puedo entenderlos muy bien, y justificarlos.

Lo sacro y lo pagano. Reflexiones de un incrédulo. Estas son más bien las reflexiones de un desengañado, alguien que hace muchas décadas abrió los ojos. Eso sí, yo no pretendo influir en nadie con mis ideas ni quitarle las suyas. Muy cierto es que no has de quitarle a nadie sus ideas, si no puedes sustituirlas por otras mejores. El detalle está en saber que las de uno son mejores, porque podemos estar equivocados. Yo no digo que las mías sean mejores que las tuyas, por eso te las respeto, aunque no las entiendo. Pero hago el esfuerzo por entenderlas. ¿Haces tú el esfuerzo por entender las mías?
Tú estás bien y yo estoy bien. Cada uno en nuestro sitio y en nuestro respectivo nivel.

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