Matanza de Israel en ataque a buque humanitario

Foto via 20minutos.es

En la rancia disputa entre Palestina y el Estado de Israel no tengo argumentos suficientes para tomar partido, porque, al fin y al cabo, no sé a ciencia cierta quien es el que tira el palo y quien la piedra. Pero lo que son los israelíes ya los tengo atragantados, por sus métodos y excesos.

Alegan que desde Palestina llevan años lanzándoles sus cohetitos caseros, con los que han matado una docena de israelíes. Eso parece justificarles para, cuando les viene bien, matar a cientos o miles de palestinos de cada vez. ¿Cien palestinos por cada israelita? ¿O serán mil los justos para sus cuentas de balanza?

Pero el reciente ataque realizado por soldados del ejército de Israel a la flotilla de seis buques que intentaba llevar ayuda humanitaria a Gaza, resultante en un número elevado de muertos civiles, me parece que colma el vaso de toda paciencia. No me importa si realmente han sido diecinueve los muertos como denuncia los afectados, o si han sido nueve, como aseguran los israelitas.  Un solo muerto ya era demasiado.

Los soldados israelíes (que no israelitas) que participaron alegan que actuaron en defensa propia. ¿Qué defensa? Vamos, como si entran asaltantes en tu casa cuando tienes fiesta familiar; desesperado, tú logras agarrar un cuchillo o una pistola para intentar defenderte y ellos responden con granadas, matando a toda la familia, alegando luego defensa propia.

El ministro de defensa de Israel, Ehud Barak, tiene los riñones de decir que fue culpa de quienes iban en el buque de ayuda humanitaria,   porque no quisieron hacerles caso cuando les pidieron cambiar de rumbo a un puerto controlado por ellos, para revisar el buque. Si eso lo hubieran hecho los somalies estarían todos los medios hablando de piratería.
El viceministro de Asuntos Exteriores de Israel, Danny Ayalon declaró:

Por supuesto lamentamos las víctimas, pero la responsabilidad es de ellos, de aquellos que atacaron a los  soldados israelíes», señaló Ayalon en rueda de prensa, quien añadió que «ningún Estado soberano puede permitir esta provocación.

Me parece a mí que los estados soberanos que no deberán permitir tal provocación son, precisamente, Turquía y Grecia, bajo cuyos pabellones navegaban lamayor parte de los buques de la flotilla.

[Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE]. «Conozco este tipo de operaciones y sus posibles implicaciones y conozco a las unidades implicadas y a sus comandantes. Son lo mejor de nuestra gente», afirmó.

Esos soldados no van desarmados ni al sanitario, como para que alguien pueda creer que en un primer abordaje así lo hayan hecho, como ellos afirman. Mucho menos podría entenderse que a ningún soldado de las super-entrenadas tropas del ejército de Israel, «lo mejor de nuestra gente», un ciudadano de a pie haya podido quitarle su arma, una pistola o lo que haya sido.

Si de verdad fueron atacados por los integrantes del grupo de ayuda humanitaria que iban a bordo del buque abordado, serían estos los que estaban actuando en legítima defensa. ¿O no? Que haya sido una acción absurda es otra cosa. Aunque puede entenderse en el calor del momento y bajo tales circunstancias.

Los activistas, según Ashkenazi, jefe del Estado Mayor del Ejército hebreo , emplearon barras de hierro y cuchillos. «Incluso dispararon con un arma que quitaron a uno de los militares».

[Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE].   En primer lugar yo considero que los soldados israelíes no tenían ningún derecho para intentar hacer que un buque en altamar cambiase su rumbo, mucho menos para abordarlo militarmente.  Solamente se admite el abordaje en aguas internacionales cuando la persecución de un buque se ha iniciado en las aguas jurisdicionales del país perseguidor, que es lo que en los medios militares se denomina la persecución en caliente. El Derecho Internacional es muy claro en eso. Pero me parece que al Estado de Israel le importa un bledo el Derecho Internacional, ni saben de derechos humanos más que cuando los reclaman para sí mismos.

Esta nueva «hazaña» es bien gorda. Tanto que amenaza con convertirse en una crisis diplomática internacional. Pero eso poco me dice. Israel, bien conocedora de la forma como se mueven los asuntos internacionales,  está acostumbrada a hacer lo que le venga en gana porque, al final, no pasa nada. Solicitudes de investigaciones que nunca terminan ni conducen a ninguna parte, puro bla-bla mediático por parte de los otros países, porque queda muy bien ante la opinión pública, pero de ahí no transciende.

Así como en la aplicación de las leyes lo que interesa es que prevalezca la verdad procesal y no necesariamente la denominada verdad verdadera (que no siempre van juntas), en el ámbito de la política internacional pesarán más los intereses económicos de los países que toda otra consideración. Veremos ahora cual es el «peso» del Estado de Israel.

¿Sanciones? Lo pongo en duda. De todos modos, en este momento, estando todo tan confuso y caliente, con noticias tan contradictorias de dimes y diretes de una y otra parte, es difícil hacerse una verdadera opinión de lo sucedido. Espero que pronto logre esclarecerse la realidad objetiva de los hechos ocurridos. Entonces ya veremos.

Noticias en otros medios, que pudieran ser de interés para el lector, sin que quiera decir que yo esté  de acuerdo con todo lo expuesto por sus autores.

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