Como tantas personas más, yo me incomodo bastante cuando subo a un avión y al llegar al asiento que me corresponde no encuentro un sitio en donde colocar mi equipaje de mano, así sea nada más que una laptop, porque todos los espacios en las “sombrereras” están llenos a reventar. Así que fui uno de los que aplaudí las medidas estrictas de muchas aerolíneas, tendientes a limitar los abusos cometidos por tantísimos pasajeros. Ahora, por regla general, en clase turista no está permitida más que una pieza de equipaje de mano con unas dimensiones muy precisas y un peso máximo.
Como esto no se encuentra regulado por la IATA, la FIA ni la FIFA, cada compañía establece sus propias normas para el equipaje de mano y/o de cabina. El peso máximo permitido para esa pieza principal (generalmente la conocida como maleta de mano o maleta de cabina) es de 10 Kg en la mayoría. Algunas, como es el caso de Air France, lo tienen en 12 Kg. Algunas permiten, además, otra pieza u objeto (una laptop, una cámara fotográfica…). Como Ryanair especifica: una bolsa pequeña de 35 x 20 x20 cms. Esto me parece muy bien ya que, de lo contrario, las mujeres sobre todo, tendrían que contar el bolso o cartera como la pieza de mano, no pudiendo llevar nada más. Y es magnífico que se especifiquen las medidas, porque algunas mujeres llevan unos bolsos que parece que fueran a hacer el mercado semanal.
			
Como escritor dedicado a tiempo completo, veinticinco horas al día y trescientos setenta días al año, no suelo tener tiempo para leer a otros. Una de dos: escribes o lees. Mis obras me absorben por completo. Pero en estos días, aprovechando las horas de tren y el relax a bordo de un buque de crucero por el Mediterráneo, me di el tiempo de leer el eBook del libro titulado: El Sabor Amargo del Caco Fino, de la autora María Quiroga Álvarez. Ahora me decido a escribir esta entradita, que llevo cuatro meses que no doy ni golpe en el blog.
Durante dos años he utilizado el lector de libros electrónicos con pantalla táctil de 6” vendido bajo la marca Fnac (en realidad es un BQ Avant). Me siento adecuadamente satisfecho con él. Sin embargo pronto eché de menos dos cosas: una mayor velocidad del dispositivo y una pantalla mayor. A mi edad ya tengo que poner una letra de un tipo más grande (generalmente la XL) de lo que hacía veinte años atrás, y con ello, en un dispositivo de 6” de pantalla era poco el texto que me quedaba para leer, viéndome obligado al paso continuo de las pantallas.










