Sobre la complejidad del ser humano se han escrito mares de tinta y aún no se ha dicho nada. Lo poco que tenemos cierto es que cada uno representamos un papel en el teatro de la vida. Entre acto y acto algunos logran dejar la máscara y atuendos en el camerino; otros, por el contrario, ya no saben cual es su rostro real y viven una representación contínua.
También se han hecho muchos símiles sobre la figura del payaso, obligado a reír por fuera, aunque por dentro llore, ejemplificando la necesidad de sobreponernos a nuestros propios problemas para seguir dando la imagen social que se espera de nosotros.
El sencillo poema libre que hoy coloco lo escribí hace un tiempito, en febrero de 1971. Pero lo hice sabiendo que no era para ser leído sino para ser escuchado. Hace años que me daba vueltas la idea de declamarlo y musicalizarlo, pero no encontraba la pieza musical adecuada, los recursos técnicos precisos, el estado de ánimo y el momento oportuno.
Por fin lo he concluído, con bastante esfuerzo, eso sí, pues me ha llevado largas horas de trabajo, ya que no tenía el software adecuado ni experiencia en esto de crear vídeos. A continuacíon les dejo la letra del poema y al final el vídeo, por si prefieren escucharlo y verlo en lugar de leer.