Una ley contra los blogs

una calabazaEl golpe más duro a la libertad de expresión, acrisolado en el posible cierre de la mayoría de los blog, no iba a venir de Cuba, Irak o China, por mencionar algunos sitios represivos en este sentido, sino de la mismísima cuna del Derecho, de la ciudad eterna, la ciudad de Roma.

El Consejo de Ministros italiano cocinó y aprobó, hace días, por unanimidad, un proyecto que pretende controlar los blogs por ley. Se quería que, para poder tener uno, fuese necesario que el o los responsables se registraran como una empresa editorial, incluso que pagaran impuestos, independientemente de que, en la publicación del blog, no exista el ánimo de lucro, publicidad o propaganda comercial. Pero, lo peor, quizás, habría sido que estarían obligados a tener a un periodista titulado como director responsable. El incumplimiento acarrearía multas y hasta penas de cárcel.


Para escribir aquí sobre lo que hago o pienso, como tantos otros blog personales de opinión, ¿debo estar supervisado por un periodista? Entonces, para hablar, en mi otro blog, sobre lo que mis gatos hacen, la manera como los malcrío y consiento, o los apuros de mi perra durante un parto, ¿debería mi blog estar supervisado por un veterinario?

Especular sobre los motivos que llevaron a ese proyecto de ley, da para bastante. ¿Será que los ministros italianos le tienen temor a la voz del pueblo, manifestada libremente, sin trabas ni tapujos, en un medio sobre el que no tienen control? Porque así lo hacen con los periódicos y medios, a los que sí pueden intimidar con una simple llamada telefónica. ¿O se estarían convirtiendo en los representantes del colectivo de periodistas titulados y colegiados, que quieren ver ampliado su campo de acción? Más bien me inclino a pensar que, esta necedad, puede llegar suceder, solamente, por el absoluto desconocimiento de los ministros italianos sobre lo que sucede en Internet y de la forma como se maneja.

Afortunadamente la cordura ha reinado. Por la prensa de hoy leo que Italia descarta la ley de control de blogs. La ha echado para atrás, gracias al rechazo ejercido por la presión mediática y la fuerte opinión pública en contra. Pero la intención queda, y debe mantenernos sobre aviso. Puedo seguir, por los momentos, diciendo que me agrada más la crema dental «dentinfresh» que la «moloskoblanck» sin necesidad de tener la titulación de periodista o locutor.

Y mira tu que, como bien han dicho en Microsiervos, en España que nos quejamos de la LISI. ¡Pero cuidado! Porque las estupideces humanas prenden como llama en un reguero de pólvora. Dentro del Parlamento y las Cortes, por si acaso los políticos pierden la dirección, bueno sería ponerles algunas señales indicadoras, como las de tránsito. Es que, indistintamente del título académico o el cargo político ejercido, los hay que tienen el cerebro del tamaño y parecido a una calabaza. Sobre todo cuando tienen temor a la libertad de expresión… de los demás.



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