Cuando tu opinión no me interesa, pero te pregunto.

Quizás te hayas encontrado con algún familiar, conocido o amigo que te pregunta tu parecer sobre dos situaciones entre las que tiene que decidir. Quizás algo como:

No estoy seguro de si el próximo verano iré de vacaciones a Valencia o si tomaré un crucero de una semana. ¿Qué te parece a ti?

Quizás le digas que un crucero es mucho gasto y necesita el pasaporte, y que esto y que lo otro, y que Valencia le resultará mejor. Esa persona consultará con seis o siete más que, quizás por desconocimiento de lo que es hacer un crucero o por lo que sea, le recomienden más la opción de Valencia. Una persona le dirá todas las ventajas económicas y las maravillas de hacer un crucero, y esa persona decida hacerlo. Ya no seguirá preguntando, porque lo que menos le interesaba era tu opinión; lo único que quería era alguien que le confirmara lo que ella quería escuchar: que un crucero era mejor.

Pues bien, algo similar sucede en muchas otras situaciones. En esta oportunidad traigo el caso de los gimnasios de la cadena Dreamfit, en uno de los cuales llevo unos años. La imagen corresponde a uno de los tantos emails que ellos envian con notificaciones diversas y temas consultivos. Voy a transcribir completa la correspondencia que les remití el día 30 de julio de este año, luego de haber tratado el asunto con uno de los encarados de la sede donde estoy en Madrid.

Estimados señores: Como afiliado a su sede de Ventas me permito hacerles llegar mi incomodidad por cierta situación, a la vez que proponer una solución a la misma, o al menos a intentarlo. Porque estoy bastante harto de ciertos hechos diarios, que suceden en los sanitarios de los vestuarios de hombres y que, en lo particular, me resultan indignantes.

¿Sería tan complicado colocar el siguiente cartelito en cada una de las puertas de los cinco sanitarios en el vestuario de caballeros?

Si vas a orinar de pie en el sanitario, por favor, levanta la tapa del asiento.

Quiero significar el valor y el matiz de cada una de las palabras que he colocado, Particularmente las dos que he destacado: «de pie» y «tapa del asiento» y no simplemente tapa.

Como un simple hecho anecdótico, les referiré que estuve unos años afiliado al McFit del Carmen —unas calles más abajo—, y uno de los motivos por los que me di de baja fue porque se me hizo insoportable el hecho de que habiendo tres urinarios de hombres —que casi ninguno utilizaba—, los dos únicos sanitarios tenían usualmente las tapas meadas como si los hubieran regado. Mi cabreo fue tal, un día cualquiera, que publiqué un artículo al respecto —cuyo enlace le dejo al final por si les resulta de interés.

Pues bien, señores de DreamFit de Ventas, en los horarios que acostumbro a ir casi a diario —entre las diez y la una—, es usual que, días más, días menos, yo tenga que andar de sanitario en sanitario buscando aquel en el que la tapa del asiento no esté meada. Y no me refiero a unas cuantas salpicaduras, sino bien meada. Porque yo orino sentado. Y ya no digamos que el piso delante de la taza no esté también orinado.

Señores, en el gimnasio hay varios hombres invidentes. Me pongo en el lugar de ellos y no necesito ser muy imaginativo.

Definitivamente, hay personas que desconocen lo que es la convivencia ni les importa poco los demás. Un cartelito, así como hay otros con advertencias e información diversa, servirá para llamar al orden a esos antisociales meones. Un cartel como el que propongo no tiene por qué ofender la sensibilidad de nadie. Y si alguien se siente molesto es porque el contenido del cartelito le toca muy de cerca o, como lo indica un conocido dicho popular: puso el dedo en la llaga.
Gracias por su atención.

Creo que la misiva se explica por sí sola, no es necesario agregar más.
¿Te interesa saber cuál fue la respuesta que me dieron?

Ninguna. Ni siquiera un cortés acuse de recibo automático.
¿Han tomado alguna acción? Ninguna. Quizás es que deban de someterlo a consideración de la Junta Directiva mundial o a la de accionistas.

En esta primera imagen, dentro del círculo que lo marca en rojo, se puede apreciar que el piso está mojado de orines.

En la segunda es el mismo caso. Esta tiene la tapa del asiento abajo y, lamentablemente, debido a la iluminación del flash no se aprecia que está también meada de adelante hasta atrás. Estos fueron dos de los cinco sanitarios, un día cualquiera.

En una oportunidad en que, bien molesto, lo comenté con algunos compañeros en el gimnasio, unas muchachas que escucharon preguntaron asombradas:
«¿Cómo es eso? ¿Los hombres orinan el piso y los asientos de los sanitarios?»
Pues mira, si no lo sabíais ya lo sabéis ahora.

De estas dos imágenes se desprende una conclusion muy clara.

Ya no se trata de que levanten la tapa del asiento para no orinarla, sino que lo van a hacer en el piso. Por lo tanto:

Los hombres no deben de orinar en los sanitarios si no es sentados.

Para orinar de pié están los denominados urinarios de hombres. Punto.

En algunos paises, entre ellos Alemania, está exigiendo esto, incluso dentro de contratos de alquiler de apartamentos.

Este problema de los urinarios y de los hombres que ni saben vivir en convivencia ni le importa una mierda los demás no es aquí solo en este gimnasio. Me ocurrió también en los gimnasios McFIT. Eso lo dejo en el siguiente enlace correspondiente a un artículo del 20 de abril de 2016. También es lo que me encuentro en sanitarios de cafeterias, restaurantes y otros lugares más.
http://guardafaro.net/de-urinarios-y-sanitarios-para-caballeros/

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