Mi arrepentimiento anual de primavera

arbol en flor,Cada año, cuando el florecimiento de los almendros, cerezos y otras especies me anuncia que ya la primavera está encima, a mí me toca la hora de los arrepentimientos. Es algo tan cíclico y fijo como el polen y las alergias primaverales a afectan a la mayoría de las personas. Por fortuna yo no las tengo.

Muchos lo hacen a principio de año, arrepintiéndose de uno y otro, aprovechando para hacer promesas y llenarse de buenos propósitos que, usualmente, saben que no cumplirán. Es una buena forma de tener algo de que arrepentirse al enero siguiente.

A mí me ocurre cuando florecen los primeros árboles. Me arrepiento y entono el mea culpa de manera sentida. No suelo arrepentirme por lo que he hecho, salvo excepciones. Por lo general me arrepiento por aquello que no he hecho. Y mi arrepentimiento anual es el de no haber comido suficientes castañas asadas en el invierno. Eso de tener que esperar hasta noviembre par volver a comerme unas castañas… Si hay manzanas y plátanos y toda suerte de frutas disponibles durante todo el año en los mercados, ¿por qué no hay castañas?

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