El sangriento regalo navideño de ETA

Utilizar las treguas y procesos de diálogo para reorganizarse y rearmarse no es nuevo para ETA. La explosión del día 30 de diciembre en el estacionamiento de la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas, en Madrid, se dice que [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE] tanto al gobierno como a la propia Batasuna.

Yo no sé los porqués de ETA para realizar esa abominable acción, ni si hay o no dos facciones en pugna dentro de su organización. Aunque no me extrañaría nada que hubiera etarras, menos radicales, ya cansados, que quisieran dejar esa necia lucha y reintegrarse a la sociedad, como en el pasado ha sucedido con algunos. Pero para muchos de ellos supongo que lo único importante es la lucha en sí misma, no las supuestas pretensiones de fondo, como el nacionalismo vasco, la libertad de Euskadi y el bla, bla, bla. Estoy convencido que si se les concediera todo cambiarían de peticiones.

¿Cómo puede colocarse una bomba para que muera quien muera, y quedarse tan fresco, diciendo que los caídos son solamente víctimas de un proceso político? Te mato, pero no lo tomes a mal, porque no es algo personal.

Las neurosis tienen cura, pero la psicosis no. La medicina actual, para curar a un psicópata no ha encontrado ningún método mejor que el ya antiquísimo de cortarle la cabeza. Y es que, para preparar un atentado como este de la T4, ―y tantos otros pasados― en el que les da igual si mueren dos o doscientas personas ―pudo estar pasando un autobús lleno de colegiales en el momento de la explosión― se necesita ser bastante más que un simple asesino. Las siglas ETA ya no implican reivindicación política ni social alguna, ahora se han convertido en sinónimo de terror, destrucción, muerte y dolor.

Y por esas raras asociaciones de ideas, me viene a la mente Arnaldo Otegi. En su rueda de prensa del sábado 31 en San Sebastián, dejó escapar algunas perlas por su boquita.
De sus palabras parece entenderse que, al menos para él, no hay otro culpable de lo sucedido que el gobierno de Rodríguez Zapatero, por no haber hecho ni un solo gesto de acercamiento, mesas políticas ni acuerdos políticos. La única preocupación real que Otegi parece tener es que el proceso de diálogo se paralice.

Por otra parte, en ningún momento calificó la explosión de la T4 como un atentado de ETA. Porque, cuando llamó a retomar el proceso y estabilizarlo definitivamente indicó que: si se confirma la autoría de ETA no nos retrotrae al escenario de antes de la declaración de alto el fuego. Y ETA aún no ha asumido públicamente la autoría. Otegi tampoco condenó la criminal acción, porque, para él no es más que un hecho que se ha añadido a esa situación. Es decir, un hecho más.

Y tiene el tupe de pedir al gobierno que:

Desde la serenidad, manifieste con claridad su compromiso con hechos, para llevar a un proceso político hasta el final.

¿Quiere decir, que aquí no ha pasado nada? ¿Lo sucedido no es culpa de ETA sino del gobierno? ¿Y debemos verlo, no como un asesinato en masa, sino como un simple incidente más en el proceso de paz?

Yo no entiendo entonces de qué proceso se trata, mucho menos cuando Otegi, en su condición de portavoz de Batasuna, dice también que:

…éste es un proceso con contenidos políticos, que exige que los ciudadanos vascos puedan decidir y vivir en paz y libertad.

¡Pues buena paz y libertad está dando ETA! Hasta ahora, lo único claro es que esa banda terrorista no conoce más diálogo que el de sus propias exigencias, ni tiene más argumentos que la violencia extrema.

Otegi también pidió dosis de serenidad y responsabilidad a todos los partidos, solicitando que los compromisos se materialicen con palabras y con hechos. Parece creer que el cinismo le va muy bien a su imagen. No son solamente los políticos, sino todos los demás quienes debemos tener serenidad y responsabilidad. ¿No es así?

Serenidad, ¿para poner la otra mejilla, una vez más, y no a una bofetada, sino al hierro al rojo vivo con el que nos marcan cada vez que comenten un asesinato?

Responsabilidad, supongo que para no caer en la tentación de colocarles, a usted y a los de su grupo, una bomba debajo del auto, pagándoles así con la misma moneda que sus defendidos; y para no ajusticiar con un tiro en la nuca a cada etarra que la policía detenga, olvidándonos de derechos humanos, porque ellos no los conocen y, al fin y al cabo, lo que no se conoce no se extraña. ¿O eso sería paciencia?

La mayoría de las veces, yo ni siquiera se lo que quiere mi mujer, mucho menos voy a saber lo que quieren los vascos. Pero me inclino a pensar que, lo que queremos todos los que vivimos en España, no es otra cosa que la desaparición total, definitiva y permanente de ETA. Después de eso, los ciudadanos vascos ―no sus partidos políticos― podrán decir que es lo que quieren, y los demás escucharemos con atención.

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Recapitulación de [Enlace bloqueado por la Tasa española AEDE].

Imágenes tomadas en la galería de fotos del diario 20minutos.es