Por un lado está la joven Paris Hilton, nacida en cuna de oro, y crecido teniendo cubiertos todos sus caprichos. Por el otro, Julián Muñoz, el «Cachuli» quien, a pesar de haber nacido en cuna de paja y crecido entre privaciones y necesidades, se las ingenió para saltar a los altos estratos sociales, la abundancia y el despilfarro.
Dos situaciones sociales bastante diferentes; sin embargo los dos pararon en prisión, aunque por distintos motivos. Pero ambos han mostrado públicamente, gracias a la prensa, los llantos y las depresiones de los padecimientos sicológicos que la cárcel produce. ¿Serán ellos los únicos?
Pero no se crean que Paris Whitney Hilton es tratada como una reclusa más. Porque en prisión parece que la música es diferente para cada cual, dependiendo de su posición social. Para Elvis sería el Rock de la cárcel. Para la niña Paris es música clásica; ella goza de grandes privilegios, como el de tener una sirvienta personal, no vestir el uniforme naranja de las reclusas, y alimentación de calidad; no sea que su salud se vaya a deteriorar si rebaja su calidad de vida.
¿Serán solamente los privilegiados sociales, los ricos, famosos y poderosos; los Paris Hilton, los Julián Muñoz y los similares, los únicos que sufren fuertes depresiones, llanto y falta de apetito estando tras las rejas? ¿Acaso todos los que llegan a prisión no pasan por eso mismo? ¿Será que los demás mortales no sienten como ellos?
Ay Dios que falta le hace a este tipo de gente VIVIR la realidad de la vida