El mismo viejo gobierno

Terminó la campaña electoral en España, y terminaron las elecciones. Ahora toca pasar de los dichos a los hechos, tanto para el ganador PSOE, con la continuidad de Zapatero en la presidencia, como para el no tan ganador PP, con Rajoy siguiendo al frente.

¿Qué les puedo decir a ambos? Pues como ciudadano común, les diría a los dos, que hablar en medio de actos multitudinarios, en los que todos son simpatizantes y aplauden a rabiar cada palabra dicha, es una cosa, pero otra muy distinta puede ser el sentir del resto de los ciudadanos. ¿Por qué no prueban a decir lo mismo en donde ninguno de los oyentes sean de su partido? Quizás así, en lugar de sentirse alagados hasta el empalago por un montón de aduladores, (como ocurre en las intervenciones en las Cámaras) pudieran sentir un poco lo que piensan los otros. Porque el país se compone de ciudadanos de distintas ideas políticas. Pero eso ya lo saben. Por supuesto.

¿Y que le puedo decir a cada uno, que sea breve?

A Rajoy le diría que basta de oposiciones a ultranza, oponerse porque sí a cualquier cosa que el oponente haga. ¿O es que el gobierno de Zapatero nunca hizo nada bueno en estos cuatro años, que yo nunca le escuché mencionarlo? Solo habló de los errores, que según usted fueron todos los actos del gobierno de Zapatero. ¿Sabe, Señor Rajoy, lo que eso me hace pensar? Pues que usted es incapaz de ver lo bueno que hacen los demás, y eso es un tremendo defecto para un dirigente. ¿Es usted de los que, cuando uno de sus empleados hace algo mal lo reprende y sanciona, pero cuando hace algo excelente no lo menciona, porque piensa que era su deber hacerlo bien? Pues le diré que ese modelo de gestión de personal hace mucho que cayó en desuso. Lo que más motiva es el reconocimiento de los pequeños aciertos. Y hasta puede convertir un enemigo en amigo.

A Zapatero le diría que no se ocupe tanto de pensamientos tan grandioso como alianzas de civilizaciones, (que no digo que estén mal) cuando en España no ha podido conseguir la alianza de las provincias, particularmente de aquellas que se autodenominan «países» y mantienen ideas separatistas. Por otro lado, siempre me ha parecido una burla que, durante las campañas electorales, el partido de gobierno prometa hacer, si vuelve a ganar, un montón de cosas que nunca intentó, ni pasaron por su mente, mientras cumplía su período. Pues bien, cumpla lo prometido, pero realmente; porque ya basta de que, en la práctica, las promesas queden incumplidas o a medias.

Y por último, Sr. Zapatero, recuerde que con ETA, las únicas conversaciones posibles son las que se refieren a los términos de su rendición incondicional. Durante el régimen franquista, que usted considera tan aborrecible, (y no soy yo quien para quitarle razón), ETA no hacía de las suyas mientras, en el gobierno, se sentaban a discernir si era conveniente y políticamente correcto conversar amigablemente con ellos, como personas educadas. Franco no necesitaba decidir si se les podría conceder algo de lo que pidieran, como si de simples trabajadores en huelga se trataran o, por el contrario, no había que darles cuartel, como peligrosos terroristas que son. ¿Usted aprende de sus errores, verdad? Por el bien de todos, espero que si.

En España seguiremos otros cuatro años con el mismo viejo gobierno. Ya veremos si la elección fue acertada. ¡Porque son tantas las veces que el pueblo se equivoca! Para muestra ahí tienen el caso del Chikilicuatre y su canción del Chiki chiki, que va a representarnos en Eurovisión.

¡Ah, si! Se me olvidaba. Por si los dos tienen interés en saber por quién ha estado mi simpatía política, les diré que por Barack Obama!