El weblog de los DIVINOS PECADITOS

Tú, Divina… divina tentación

El caso es que estoy metido de cabeza en el directorio de bitácoras.com, revisando un largo listado con cualquier cantidad de nombres.

Es una larga noche de torrencial lluvia tropical. Yo estoy de guardia en mi faro, cuidando de mantener viva la luz para que muchos lleguen a puerto seguro. Navegó por Internet tratando de aprovechar la velocidad de la banda ancha. Claro, el problema es que, aquí en Venezuela, pocos estarán conectados en este momento; pero lástima que en Japón, China y otros países es de día y millones de internautas parecieran comerse todo el ancho de banda. Pues es lo mismo que a ti y a cualquiera debe ocurrirles con frecuencia. Les echo el cuento.

Dejo resbalar la vista por títulos anodinos, títulos inteligibles, títulos insufribles y hasta impronunciables, extrañas siglas que parecen el serial de una tostadora eléctrica, o cosas tan imberbes como el Diario de Pepe, el Weblog de Lola, o los Cuentos para llorar de una vaca estreñida y descarriada. En mi navegador Firefox voy seleccionando algunos en otras pestañas para irlos viendo luego. De pronto, mis ojos se encuentran con la frase mágica: DivinosPecaditos.

¡Anda tú! ¿De qué irá esto? ¡Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra! Mira por dónde, en esta página parece que no se tratan pecaditos culpables, sino más bien divinos, gustosos y sabrositos. Vamos, de esos que provocan cometerlos. Será mejor que le de un vistazo, a ver si ahí encuentro el medio para deshacerme del sentimiento de culpa por los míos, y me redimo de paso.

Llega la dirección URL http://divipecaditos.blogspot.com/ y se abre la página.

¡Zas! La luz que devuelve el monitor disminuye, pero mis pupilas se dilatan y tengo que bajarle el brillo normal a la pantalla TFT de mi fiel portátil. Y eso que el fondo de la página es negro. Sobre el color blanco del cintillo de cabecera, el rojo titular DIVINOS PECADITOS resalta. Las mayúsculas esas, típicas de las cajas de embalaje, parecen flotar sobre el fondo. Negro, blanco y rojo, una combinación difícil de utilizar, pero ganadora cuando se logra domarla y equilibrarla. (*)

Pero hay algo que destaca aún más que el titular. Las niñas de mis ojos parecen colegialas saliendo de clase en viernes para asistir a un concierto gratuito de David Bisbal y Alejandro Sanz. Como las moscas a la miel, la mirada se dirige hacia la derecha. Una fotografía de mujer me habla sin palabras. Ojos grandes y de mirada insinuadora, labios de rojo carmín, el ofrecimiento de la roja manzana de la discordia y un escote sin final que se pierde por allá abajo en… el diablo sabrá donde. Y yo me quedo con las ganas de saberlo también. Como diría el Chavo: ¡Ni falta que me hace! ¡Pos que ni tampoco quería saberlo!

¡Qué divinos pecaditos! ¡Si así comienza que no pare! Deduzco que se trata de la autora. Su imagen, a medio cuerpo, parece decirme:

– Aquí estoy yo. Toma, querido visitante, comparte un poco de mí misma. Te ofrezco lo que crees que soy cuando me miras por encima. Pero si te tomas el tiempo suficiente, hurgas y profundizas un poco en lo que aquí doy, me encontrarás como soy realmente. Entonces no tendré inconveniente en abrirme un poco el escote y..…. Quiero decir, abrirme el corazón y mostrarte un poco de mi ser interno de mujer.

Desenfado y alegría de vivir, pero no desenfrenada. Desinhibida sí, pero no demasiado. Sobre todo, sin sentimientos de culpa por lo que se es, lo que se siente, lo que se desea… y lo que se quisiera olvidar. El corcel más placentero para cabalgar es aquel fogoso que podemos controlar sin necesidad de espuela, a toque de rienda y bocado. Y eso es lo que hallé a lo largo de toda la página. La joven tenía bien dominado su corcel.

Después de recorrerla completamente —me refiero a la página— y encontrarme nuevamente su rostro y sus ojos, definitivamente supe que la foto era de la autora. Buena forma de no lidiar con modelos, ni tener problemas con derechos de autor por bajarse una de Internet. Al fin y al cabo, ¿qué mejor que uno mismo?

En lo que a fotografías de personas se refiere, por su contenido yo las clasificaría en: fotos insípidas, fotos formales, fotos triviales, fotos interesantes; fotos atractivas, fotos sensuales, fotos eróticas, fotos pornográficas y fotos asquerosas. Las de esta bitácora son atrayentes, sugestivas y sensuales. Agradan a la vista. Hace siglos que, en muchos sitios, tal como en el representativo Oriente Medio, sabían que la sensualidad está en el saber insinuar, no en el mostrar. Lo que la sutil transparencia de las sedas y los velos que cubren a una mujer dejan entrever, hace que la imaginación de quien observa corrija los defectos trocándolos en atributos, buscando el ideal de perfección que desea encontrar.

Con su fondo negro y texto en blanco, la página de esta bitácora se lee con mucha facilidad, al contrario de otras que he visto en la tendencia al oscuro. Tiene la clásica distribución de un cuerpo central y una columna izquierda o sidebar, estructurada en cajas visualmente bien delimitadas por líneas. Pero los nombres de las categorías están totalmente alejados de lo convencional y muy bien ajustados a la tónica general. “Selecciones Hedonistas”, “De mis sueños”, y “Pecaditos en su tinta” son algunos. Esta última nos remite a la página Albur Art, que viene a constituirse en su muestrario de arte al albur, a la casualidad, como al descuido.

Pero de descuido no hay nada aquí. La autora nos muestra una serie de ilustraciones propias, muy artísticas, coloridas y visualmente interesantes, dignas de análisis. Vamos, que esta chica no solamente tiene los buenos atributos iniciales, sino que demuestra imaginación e ingenio. Y también sabe de dibujo y de diseño, pienso enseguida.

Ya estoy picadito en mi curiosidad. Queriendo saber un poco más a cerca de ella, voy a la que denomina su “Ficha Técnica”. Nuevamente sus ojos. ¡Ah, que mirada! Listado de la edad: 26, sexo: female (aunque con las puras fotos no creo que a nadie le quede alguna duda que deba ser aclarada), signo zodiacal: Aries (yo Piscis), lugar de nacimiento: México, DF.; gustos, intereses, aficiones y demás. Pero nada de su nombre. No lo encuentro. Vaya, no resultará que va a ser recatada en esto del nombre, me digo.

La página ya me agarró y no quiere soltarme. Mi interés sigue vivo. El formato y el diseño me resultaron atractivos al primer vistazo, así como al tercero y al cuarto. Veamos ahora qué cosas dice y cómo las dice. Regreso a leer algunos artículos. Me agrada la narración casual y desenfadada que tiene, como si ella conversara con la amiga de siempre. Mantiene la sazón bien condimentada y con un mexicano toque de picante. ¡Me encanta la salsa Tabasco! Por algunas partes, en el trasfondo surge un poco de tristeza, pero todos la tenemos. La narración se deja colar y no hay inconvenientes en seguir leyendo.

En fin, se trata de una mujer joven escribiendo de sus cosas. Pero no se engañen porque, en definitiva, en mi opinión, es también una página para los hombres. ¡Claro que sí! ¿Porque, qué hace un varón interesado en aprender sobre mujeres? Pues ni más ni menos que leer lo que ellas escriben sobre sus propios gustos, sus temores, sus anhelos y lo que les agrada y disgusta de los hombres. No voy a comentar ninguno de los artículos en particular. ¡Léanlos! Pero les diré, con cierta tristeza, que lamento haber dejado de masticar chicle de menta hace años, así como el chicle bomba. Y eso que muchos sostienen que es bueno para los dientes y las mandíbulas… entre otras cosas. Ya sabrán por qué lo digo.

Entro en su sección de pecaditos en su tinta, porque me encantan los calamares en la misma forma y quiero compartir algunos de los de ella. Me refiero a sus pecaditos. ¡Y ahí está! Por fin lo encontré. Ahora ya conozco su nombre, isis eglé. Exótico y equilibrado, propio de diseñadora. Cuatro letras en cada uno de los dos. Escrito todo en minúsculas. ¿Quién lo diría? Después de todo, en la intimidad es sencilla y candorosa. Buenos atributos.

Al final de su largo muestrario de casi un centenar de ilustraciones, que antes miré a la ligera, al final completamente vuelvo a encontrarme con sus ojos. Y aparece su ficha técnica formal. Es la curricular, en la que, como por no dejar, casi con desgano, menciona su titulación en Ciencias de la Comunicación y las exposiciones en las que ha participado.

Esta bitácora se encuentra dentro de la categoría de “Personales”. La autora la resume así: “La cantidad suficiente de narcisismo más un poco de exhibicionismo y buen grado de voyeurismo me llevó a crear mi propio blog.”

Lo que me sorprende es que se asombre por haber contabilizado ya más de seis mil visitas y que, un tanto cándidamente, se esté preguntando cómo hacen las personas para llegar a su página. ¡Querida mía, yo no lo sé tampoco! Estoy suponiendo que no tienes colocadas pancartas ni banderolas en el Metro ni en los autobuses urbanos, pero igual da. La noticia de tu página es lo que el viento se lleva de oído en oído, de monitor en monitor. No me extrañaría encontrarla como fondo de escritorio o salva-pantallas en alguno. De todos modos, aquí te acabo de contar la forma en que yo llegué hasta tu página. ¿No piensas que a la mayoría les puede haber sucedido igual?

No obstante la poca información personal de su Ficha Técnica, es en el artículo “Crónica de mi misma” en donde se vuelca intentado lo más difícil: hablar de sí misma. Y lo hace como debe ser, iniciando frases en una cuartilla y tirándola a la papelera porque no le satisface. Porque el asunto es comenzar. Menos mal que yo hace algunos años que me dejé de eso de los borradores en papel, porque escribo directamente en la compu. No podría seguir soportando la culpa por tantos árboles que se talan para hacer pulpa de papel que yo arrugo. Sin embargo aún desperdicio más de los que quisiera en impresiones. Pero ella lo consigue finalmente. Encuentra el extremo del hilo y logra terminar el ovillo. Al fin queda satisfecha mi curiosidad y conozco un poco más de ti, muchacha.

Y después de tantos pecaditos, debo confesarme. Confieso que me fue difícil cerrar esa bitácora, pero el sol ya salía por donde siempre y yo tenía que apagar la luz del faro. Pero te digo algo, Divina: volveré.

(*) ACTUALIZACION: 02-2006 La Divina Isis está cambiado la imagen de cabecera de su blog, pasando de aquel rojo-blanco-negro a un recatado blanco, apenas salpicado de un discreto gritico de carmín. Está por verse el resultado final. Pero por si acaso se decide al cambio, yo les añado a continuación el banner original, que es el que describo, para que puedan saber qué fue lo que me llamó la atención, y de que cosas les hablo. Ella también ha ido aumentando su colección de ilustraciones